Sulfato de Condroitina como un componente importante del tejido cartilaginoso, tendones y ligamentos
Se denomina condroprotectores a un grupo de medicamentos que ejercen un efecto protector sobre el aparato articular humano y favorecen sus procesos de curación (hondros significa "cartílago" en griego).
Los condroprotectores fortalecen el aparato locomotor, estimulan la regeneración de tejidos y tienen un efecto antiinflamatorio y analgésico general.
El sulfato de condroitina es, sin duda, uno de los componentes más eficaces de los condroprotectores.
El sulfato de condroitina es uno de los componentes biopoliméricos más importantes del tejido cartilaginoso, tendones y ligamentos. Químicamente, el sulfato de condroitina pertenece al grupo de compuestos que consisten en largas cadenas de polímeros filamentosos (fibrilares).
La unidad elemental del sulfato de condroitina consta de dos fragmentos principales. El primero es una forma oxidada de glucosa: el ácido glucurónico. El segundo es un derivado nitrogenado de un azúcar simple, la galactosa, que forma parte del azúcar de la leche, la lactosa.
La alta actividad biológica del grupo de compuestos al que pertenece el sulfato de condroitina se debe a la presencia de varios grupos funcionales activos y al menos un grupo sulfónico fuertemente ácido. Esto confiere a la molécula de sulfato de condroitina una alta afinidad por el agua (hidrofilia) y la manifestación de propiedades tensioactivas.
En los sistemas vivos, los grupos sulfónicos fuertemente ácidos se neutralizan mediante cationes inorgánicos o grupos amino básicos de las proteínas. Como resultado, el sulfato de condroitina forma fuertes enlaces con las proteínas, en particular con el colágeno.
El sulfato de condroitina se utiliza frecuentemente como condroprotector, principalmente porque aumenta la resistencia del cartílago articular a la presión y a la tensión y forma parte del líquido sinovial que ejerce una función lubricante en las articulaciones, garantizando así un deslizamiento más suave y uniforme de las articulaciones.
Una característica especial del sulfato de condroitina es su capacidad para almacenar agua y nutrientes en el espesor del cartílago en forma de cavidades de agua que proporcionan una buena amortiguación de los golpes.
Al mismo tiempo, el sulfato de condroitina promueve la permeabilidad del cartílago, lo que es un factor muy importante para la nutrición de este tejido y la eliminación de los productos finales del metabolismo.
El sulfato de condroitina fortalece el revestimiento cartilaginoso entre las superficies articulares y previene su desgaste. Mejora el metabolismo de fósforo-calcio en el tejido cartilaginoso.
Una propiedad importante del sulfato de condroitina es su capacidad para debilitar la acción de las enzimas que destruyen el tejido conectivo. La capacidad de los componentes del tejido cartilaginoso, como el cartílago de tiburón, para ejercer tal efecto es aproximadamente 100 veces mayor que la del cartílago bovino.
El sulfato de condroitina tiene un marcado efecto analgésico, reduce el dolor y aumenta la movilidad de las articulaciones afectadas, promueve la regeneración de las superficies cartilaginosas y de la cápsula articular.
Los análisis bioquímicos de la composición sanguínea y del líquido intraarticular, realizados en numerosos estudios científicos, confirman objetivamente las conclusiones extraídas.
Después de la ingesta y la destrucción parcial en el tracto gastrointestinal, los fragmentos de sulfato de condroitina pueden servir como bloques de construcción para la síntesis de muchos otros tipos de tejidos conectivos en el cuerpo.
Es importante señalar que la ingesta necesaria de sulfato de condroitina por parte de los seres humanos se realizaba mediante el consumo de tendones y cartílagos de animales y, en particular, de peces, mientras que hoy en día el uso de estos productos ha disminuido notablemente o ha desaparecido prácticamente. Por ejemplo, ¿cuántos tiburones o esturiones ha comido usted mismo en el último año?
Por esta razón, el sulfato de condroitina debe ser suministrado al cuerpo en forma acabada o en forma de sus precursores. Para este fin, el sulfato de condroitina se extrae actualmente a escala industrial de los huesos y cartílagos de peces y animales de granja.
Las fracciones de bajo peso molecular del sulfato de condroitina son las más valiosas, ya que se absorben casi por completo en el tracto gastrointestinal y luego sirven como base para la síntesis de cartílago y tejido conectivo. Los cartílagos de tiburones, rayas, esturiones y peces salmónidos son fisiológicamente los más activos a este respecto.
La separación del sulfato de condroitina puro de objetos naturales es una tarea técnica bastante difícil, ya que implica la separación de dos compuestos fibrilares de alto peso molecular: el sulfato de condroitina y el colágeno. Esto se refleja naturalmente en el costo bastante alto del sulfato de condroitina bien purificado.
Está demostrado que el sulfato de condroitina y el sulfato de glucosamina tienen un efecto sinérgico en combinación, es decir, se potencian mutuamente en su acción. En consecuencia, la combinación de sulfato de condroitina y sulfato de glucosamina, complementada con ácido hialurónico, es la más efectiva para frenar el proceso de aumento de los cambios degenerativos en las articulaciones y detener la destrucción del cartílago, en comparación con el efecto de ambas sustancias por separado.
La ingesta recomendada de sulfato de condroitina para personas normales con un peso corporal normal de aproximadamente 70-80 kg es de 1200 mg/día, cuando se toma dos o tres veces al día. La duración de la administración de sulfato de condroitina debe ser de al menos 12 semanas hasta que se logre un efecto clínico notable.
Lamentablemente, la biodisponibilidad, es decir, la absorción del sulfato de condroitina en el cuerpo cuando se ingiere con los alimentos, es baja y se estima en aproximadamente el $13\%$. Esto se debe al tamaño de su molécula, lo que dificulta su paso al torrente sanguíneo y, posteriormente, a las articulaciones del cuerpo.
Esta es otra razón para la necesidad de una aplicación a largo plazo (hasta un año) de sulfato de condroitina en lesiones deportivas y enfermedades articulares graves.
Lamentablemente, solo con la aplicación a largo plazo de sulfato de condroitina es posible lograr una mayor movilidad de las articulaciones, una reducción de la intensidad del dolor y un aumento radiológicamente confirmado del espacio articular, así como un aumento del grosor total de la placa cartilaginosa.
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En resumen, nuestro cuerpo, mente y voluntad están en una conexión inseparable en nuestra vida y se refuerzan y apoyan mutuamente. Por lo tanto, es importante mantener cada uno de estos componentes en las mejores condiciones posibles.
El sulfato de condroitina, el ácido hialurónico y otros componentes vitales similares nos ayudan a garantizar el equilibrio biológico necesario en el cuerpo y, en general, a crear las condiciones para su funcionamiento a un nivel superior de parámetros vitales.







